miércoles, 23 de noviembre de 2011

Opio

El opio es una droga que se obtiene de las cabezas verdes de la adormidera.
Es una groga analgésica narcótica.
El opio se extrae realizando incisiones superficiales en las cabezas, todavía verdes, de la adormidera unos días después de caerse los pétalos de las flores. Los cortes exudan un látex blanco y lechoso, que al secarse se convierte en una resina pegajosa marrón. Esta resina se raspa de las cabezas obteniéndose así el opio en bruto, al dejar secar este durante más tiempo se convierte en una piedra más oscura y cristalina a la vez que pierde agua y se concentran los alcaloides.

Los primeros efectos se dejan notar como cansancio y somnolencia, a medida que crece el efecto se sienten hormigueo y picores en todo el cuerpo, se deja de sentir dolor, si se padecía, y se aumenta la sensación táctil, a medida que se cae en los efectos narcóticos se empieza a soñar en duermevela, junto con alucinaciones, náuseas y vómitos.

El método más eficiente consiste en utilizar un cuchillo calentado al rojo vivo, aplicándolo sobre la piedra de opio e inhalando todo el humo resultante con un embudo.
Otro sistema consiste en una pipa metálica, para que el opio pueda llegar a hervir, y suficientemente larga para que el humo se enfríe.
También se puede fumar en papel de aluminio, aunque le toma más tiempo transformarse en gota y correr papel abajo.
Un cigarrillo de opio no llega a la temperatura adecuada y se pierde gran parte de su efectividad.
Al ingerir opio, lo primero que se nota es su desagradable sabor. Ingerido, los efectos pueden tardar entre media hora y 2 horas en empezar, y mantenerse de 8 a 14 horas. Ingerir opio por vía oral afecta más que fumarlo, aunque ambas prácticas van acompañadas de náuseas, vómitos y molestias estomacales.