El opio es una droga que se obtiene de las cabezas verdes de la adormidera.
Es una groga analgésica narcótica.

Los primeros efectos se dejan notar como cansancio y somnolencia, a medida que crece el efecto se sienten hormigueo y picores en todo el cuerpo, se deja de sentir dolor, si se padecía, y se aumenta la sensación táctil, a medida que se cae en los efectos narcóticos se empieza a soñar en duermevela, junto con alucinaciones, náuseas y vómitos.
El método más eficiente consiste en utilizar un cuchillo calentado al rojo vivo, aplicándolo sobre la piedra de opio e inhalando todo el humo resultante con un embudo.
Otro sistema consiste en una pipa metálica, para que el opio pueda llegar a hervir, y suficientemente larga para que el humo se enfríe.
También se puede fumar en papel de aluminio, aunque le toma más tiempo transformarse en gota y correr papel abajo.
Un cigarrillo de opio no llega a la temperatura adecuada y se pierde gran parte de su efectividad.
Al ingerir opio, lo primero que se nota es su desagradable sabor. Ingerido, los efectos pueden tardar entre media hora y 2 horas en empezar, y mantenerse de 8 a 14 horas. Ingerir opio por vía oral afecta más que fumarlo, aunque ambas prácticas van acompañadas de náuseas, vómitos y molestias estomacales.